Aquí estoy, sentada hace mil horas frente a la computadora, mientras la ansiedad es mi dueña absoluta, mi reina y señora.
Han pasado tantas cosas en los últimos días, hay tantas cosas en mi cabeza, que me siento rebotar en la silla, casi puedo sentir como salto, como el comercial de fruna catoinga.
Hoy fui al gimnasio y me comprometí a una rutina súper fuerte, luego fui a la loquera y le mandé una metralleta de todo lo que tenía en la cabeza, luego tuve clase de inglés y también fui al banco y pague y pague cuentas.
Y hace horas que estoy aquí sentada, luchando por trabajar y vencer un poco la ansiedad, pero la fruna sigue saltando. No he fumado en todo el día, hace horas que pienso en salir al balcón y encender un cigarro pero si me muriera de ganas ya lo habría hecho. Ahora que lo pienso, me siento a segundos de correr a fumar, alucino el humo que sale de mi boca y los segundos o minutos de tranquilidad que me dará ese maldito tabaco, que debería dejar.
Sólo quiero escribir y leer, escribir y leer, estoy emocionadísima con todo lo que pasó, pasa y seguirá pasando en mi cabeza. Intento respirar, tomar poco café y poca coca cola pero aún así la ansiedad es mi dueña y la fruna sigue saltando.
Puedo sentir el galope de un caballo salvaje dentro de mí, ese es el ritmo que llevo por dentro. La contraposición de realmente estar sentada frente a la máquina, con los lentes puestos y moviendo los pies sin parar, me está volviendo loca.
Acaba de venir la imagen de la ardilla que vi esta mañana corriendo por el delgado cable de luz, pensé en el equilibrio que tenía, en lo ligera que debía ser y en como sus pequeñas manitos se aferraban al cable, para ni siquiera titubear al correr por su cuerda floja. Inmediatamente tengo la sensación de mil ardillas recorriendo mis venas, me siento un poco demente de decir esto…Pero es verdad!!
De pronto se me ha despertado una personalidad comunicativa que ni siquiera pensaba que podía habitar dentro de mí. Quiere hablar con el mundo entero y sentirse viva, reírse a carcajadas y correr muriendo de risa, morir de placer… ¿Me habrán poseído?
Estoy demasiado bien, muy diferente a como me sentí en las últimas 3 semanas… Ermitaña y pasiva como electrocardiograma de moribundo, insulsa, con ganas de dormir y pasar días y días en pijama, sin ver a nadie, sin ni siquiera responder el teléfono.
Ahora no, el fin de semana estuve con máscara en Mistura, interactuando con la gente, reencontrándome conmigo y mis pasiones dormidas. Descubriendo lo que realmente me interesa de cada cosa que hago o he hecho en mi vida. Disfrutando la risa de la gente, eso es un regalo, de pronto me vi saltando como si fuera mi concierto de rock, la gente me seguía, estaba conmigo y yo sólo podía agradecerle a la vida por estar ahí.
La señora que intentaba enseñarme a bailar marinera, la que me cuidaba avisándome de cada escalón o desnivel que había, para que no fuera a tropezar y las que estaban en silla de ruedas y bailaron conmigo a pesar de su inmovilidad. Me adoptaban, fue demasiado!!!
Pero como alcanzar un equilibrio, podría irme a bailar ahora mismo, chaparme al mundo entero, gritar y correr calata por las calles, esto es una cosa de locos, amo la vida, no sé como bajaré las revoluciones pero no importa, estoy feliz y con una energía demasiado alta.
Pero ya no puedo más, la fruna se ha tranquilizado un poco luego de sacar todo esto, pero no ha olvidado el cigarro prometido, así que allá voy, a cumplir la promesa.
Marle
