domingo, 20 de diciembre de 2009

Dedo soy...!!!





Mi amiga La Chini, suele decir que soy un dedo, porque cuando se me mete algo en la cabeza no hay quien me lo saque, ni me haga cambiar de opinión. Eso tiene sus pros y sus contras. Por un lado ayuda a perseguir objetivos, sobretodo a personas tan dispersas como yo. Pero por otro lado, hace que jodas y jodas con lo que crees que es lo correcto o lo que quieres, saturas y hasta haces que la gente dude de tus sentimientos. Y eso es lo peor que le puede pasar a un dedo en su vida.
Cuando dañas los sentimientos de alguien que te importa más que tu propia vida, te metes un puñal a ti misma, te sientes morir. Lo peor de todo, es que no sabes reconocer bien entre la sarta de estupideces que sueles decir, cual o cuales fueron las que dañaron a esa persona, que lo único que hace es hacerte feliz.

Debería haber un mecanismo de autocensura, cuando el aparatito enciende la luz, significa que estás a punto de decir algo que la va a cagar, entonces no lo dices y tomas otra ruta o cambias de tema o por lo menos respiras, oxigenas tu cerebro y no dices tanta brutalidad.

Pero la condición de dedo va unida a una pasión muy grande y a un amor inmenso a lo que es importante en nuestra vida. Los dedos estamos totalmente seguros de nuestros sentimientos y los vivimos intensamente, justamente por eso nos obsesionamos y no paramos, porque creemos firmemente que ese camino es el mejor. Pero no es maldad, ni mala onda, y mucho menos falta de amor. Al contrario, todo es por un inmenso amor, el mismo que cuando se da cuenta de que la está cagando, no tiene ningún reparo en retroceder y dejar de presionar, aunque al poco tiempo vuelva a ser la misma lacra, porque no puede con su genio.

En realidad los dedos somos lo máximo pero a veces difíciles de entender, pero todo es en buena onda, no hay ni una pizca de maldad, capricho o desamor en la intención que nos lleva a insistir con algo.

Y si de amor se trata, absolutamente todo se hace por amor, quizás con los métodos equivocados, quizás con berrinche, quizás con obsesiones antipáticas pero…

¡Este dedito te ama con toda su alma!


Marle

jueves, 3 de diciembre de 2009

¡¡Dos mitades de un mismo corazón!!!









Mi primera proposición de matrimonio me la hizo mi vecinito de 6 años, Luchito, me dijo: ¡Cuándo seamos grandes nos vamos a casar! ¿Ya?
A lo que yo respondí: ¡Cállate sonso! Estás loco, ¿No?

Mi primer beso fue en el cine, creo que tenía 12 años y se supone que estaba con Hernán, fue una cosa rara, no sabía que hacer y todo el tiempo pensaba: ¡Ay, que roche, lo estoy haciendo mal!

La primera vez que terminé con alguien fue a los 14 o 15 años, se me mandó un día, al día siguiente no lo vi y al otro día luego de huir de él toda la noche, le dije que ya no quería.

Eso marcó el inicio de un... ¡Huyamos del amor! Que luego vendría a caracterizar mi vida.

Años más tarde creo que me curé un poco, batí record, sosteniendo a duras penas, una relación de dos años, con peleas y terminadas por montón, pero logramos llegar a los dos años. Y luego canté... "Te veo venir soledad" y vino y se quedó la condenada... ¡Oh sí, se quedó y por más de 4 años! ¡Hasta que hace poco, se aburrió de mí y por fin se largó!

La idea que uno tiene de una relación, desde que entiende el concepto en la adolescencia, es que vas conociendo poco a poco a esa persona, pasas del besito al besote y del besote al chuculún. Todo a su tiempo, la cosa va creciendo poco a poco. ¡Hasta ahora parecía que la fórmula funcionaba!

De pronto un día el destino decide que llegó el momento de presentarte a alguien que te haga subir un escalón, que no responde ni funciona a la bendita fórmula, todo es más intenso, nada tiene tiempo ni proceso pre establecido. Sólo sabes que podrías cruzar la carretera con los ojos vendados si esa persona te lleva de la mano, sólo sabes que la vida no tiene sentido si no la compartes con ese ser.

Mi amiga Valeria, mi hermana del alma, me dijo un día que cuando uno se enamora de verdad, no tiene ningún reparo en subir a la montaña más alta y gritarle al mundo lo que siente. Al contrario, ¿Qué reparo vas a tener si por fin todo tiene sentido? Por fin llegó lo que tanto esperabas, lo que tantas veces preguntaste si llegaría algún día, si realmente existiría alguien para ti.

Y ahí la fórmula no tiene cabida, queda obsoleta, porque si es la persona que has estado esperando desde que naciste… ¡Lo sabes!

"Está escrito", cómo me dijo M desde el primer día que hablamos. Y cuando está escrito, no hay tiempo ni proceso, todo es intenso, verdadero y maravilloso.

Son las dos mitades de un mismo corazón, que nacen separadas y sin conocerse se extrañan, se anhelan, se necesitan. El corazón busca y busca, equivocándose, pensando en que encontró su mitad perdida, para luego darse cuenta de que no era. Quizás se parecía pero no era la que perdió antes de tener memoria para recordarlo. Y siguen en la búsqueda, viendo como sus amigos van encontrando a sus mitades y otros van errando también, hasta que llega un momento en que por fin se da… La encuentra, la reconoce en el instante, y se dice: "Qué tonto fui, cómo me pude equivocar tantas veces", pero no, no perdió el tiempo, eran ensayos, lo estaban puliendo, porque necesitaba llegar a ser diamante antes de encontrarla, a la medida de lo posible claro, pero lo mejor que pudiera ser para recibirla.
Al encontrar a la perfecta mitad de tu corazón todo cobra sentido, nada es grave si la sientes latir contigo… Y por fin laten juntas y completas.

Marle