Entre el dolor de garganta y el mal humor, transcurren estos días. Había olvidado cuan molesta y dolorosa podía ser esta mierda. Pero ahora hay más, una extraña sensibilidad se ha apoderado de mí con la enfermedad. El dolor de garganta se hace más fuerte, el no salir se hace insoportable, el aburrimiento se hace más profundo.
En verdad quiero que me engrían, pero no hay, no se puede, las situaciones complicadas hacen que no tengas derecho a ser engreída. Al mismo tiempo me doy cuenta que soy una exagerada, todo el mundo se enferma de estas sonseras, son incómodas, molestas, pero pasan rápido.
Me siento con la regla sin estarlo, ¿Me estaré mimetizando con alguien?
Hoy es Halloween, nunca lo he sentido tan verídico, realmente es día de brujas, monstruos y hechiceros... Dolor de garganta, fastidio e inseguridades provocadas por hacerse un mundo de cosas que tienen solución y que deben conversarse. Pero yo... Ama y señora de la inseguridad, no puede con su genio y se va a lo más profundo del hoyo, no encuentro solución y me siento destruida y traicionada.
Es increíble pero espero con ansias mi próxima inyección, me ponen un petardo cada 12 horas, he notado que al cabo de 6 horas de haber recibido una dosis, el dolor disminuye, sería genial que me las pudieran poner cada 6 horas o aun mejor cada 4. Pero paciencia y buen humor, lo que se pueda, el dolor de ayer era insoportable, el de hoy es manejable y me muero por fumar, por Dios, no soy bruta, no he fumado nada desde el jueves pero no se cuanto más podré aguantar.
Me espera una larga charla esta noche, un poquito densa quizás también, espero que no. No quiero discutir, ni pelear, ni nada... Es demasiado importante para mí.
Marle
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